Evangelio según San Mateo 10,1-7
Jesús convocó a sus doce discípulos y les dio el poder de expulsar a los espíritus impuros y de curar cualquier enfermedad o dolencia.Los nombres de los doce Apóstoles son: en primer lugar, Simón, de sobrenombre Pedro, y su hermano Andrés; luego, Santiago, hijo de Zebedeo, y su hermano Juan;Felipe y Bartolomé; Tomás y Mateo, el publicano; Santiago, hijo de Alfeo, y Tadeo;Simón, el Cananeo, y Judas Iscariote, el mismo que lo entregó.A estos Doce, Jesús los envió con las siguientes instrucciones: "No vayan a regiones paganas, ni entren en ninguna ciudad de los samaritanos."Vayan, en cambio, a las ovejas perdidas del pueblo de Israel.Por el camino, proclamen que el Reino de los Cielos está cerca.
Altar Singular
Es hora de que redescubramos la relevancia de María Goretti. Una joven con el corazón puesto en Dios. "Una vid extendida, rica en frutos", como observa Oseas sobre Israel en la primera lectura de hoy. Pero a diferencia de Israel, ella no construyó muchos altares para adornar con piedras sagradas a muchos dioses. Sólo tenía un altar; había espacio para un solo Dios. Su cuerpo era el templo del Espíritu, y no permitía que nadie lo profanara. Aunque tuviera que pagar con su vida.
El Evangelio nos invita a meditar sobre nuestra llamada. El sujeto y el objeto de nuestra llamada es Dios; nadie más. En este amor singular de nuestro corazón consiste la castidad: La llamada a subordinar y consagrar todos nuestros amores terrenales a ese amor primario: el de Dios. Que Santa María Goretti inspire a nuestros jóvenes.
Paulson Veliyannoor, CMF
fuente del comentario CIUDAD REDONDA
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