Evangelio según San Mateo 11,25-27
Jesús dijo:"Te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, por haber ocultado estas cosas a los sabios y a los prudentes y haberlas revelado a los pequeños.Sí, Padre, porque así lo has querido.Todo me ha sido dado por mi Padre, y nadie conoce al Hijo sino el Padre, así como nadie conoce al Padre sino el Hijo y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar."
Testigo de los pequeños
Uno de los diversos acontecimientos que llevaron a la intelectualmente dotada Edith Stein a convertirse a la fe católica fue ser testigo de cómo una mujer sencilla y corriente entraba en una iglesia para rezar. En palabras de la propia Edith:
"Nos detuvimos en la catedral durante unos minutos; y, mientras mirábamos a nuestro alrededor en respetuoso silencio, una mujer que llevaba una cesta de mercado entró y se arrodilló en uno de los bancos para rezar brevemente. Esto era algo totalmente nuevo para mí: .... Había alguien que interrumpía sus compras cotidianas para entrar en esta iglesia, aunque no hubiera ninguna otra persona en ella, como si estuviera aquí para mantener una conversación íntima. Nunca podré olvidarlo".
Edith nunca lo olvidó. Ese pequeño ejemplo dado sin darse cuenta por aquella sencilla mujer llevó a la conversión de Edith y nos dio la mártir y santa, Teresa Benedicta de la Cruz.
Paulson Veliyannoor, CMF
fuente del comentario CIUDAD REDONDA
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