sábado, 2 de julio de 2022

RESONAR DE LA PALABRA - Evangelio según San Mateo 9,14-17

 


Evangelio según San Mateo 9,14-17
Se acercaron a Jesús los discípulos de Juan y le dijeron: "¿Por qué tus discípulos no ayunan, como lo hacemos nosotros y los fariseos?".
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Jesús les respondió: "¿Acaso los amigos del esposo pueden estar tristes mientras el esposo está con ellos? Llegará el momento en que el esposo les será quitado, y entonces ayunarán.

Nadie usa un pedazo de género nuevo para remendar un vestido viejo, porque el pedazo añadido tira del vestido y la rotura se hace más grande.

Tampoco se pone vino nuevo en odres viejos, porque los odres revientan, el vino se derrama y los odres se pierden. ¡No, el vino nuevo se pone en odres nuevos, y así ambos se conservan!"


RESONAR DE LA PALABRA

El ayuno como algo relativo

¿Se equivocaron los fariseos y los discípulos del Bautista en su ayuno? En absoluto. El suyo era un ayuno preparatorio, un ayuno destinado a nivelar las montañas y a llenar los valles. Es un ayuno que habla de un anhelo. Es un ayuno que es relativo a una meta más alta; un medio para un fin. Pero ahora que el fin está aquí -que el Maestro ha llegado- no sirve de nada seguir ayunando; porque, lo que se necesita ahora es una fiesta, una celebración. Por eso todas las referencias de Jesús a la llegada del Reino son en términos de banquete. Lo que el profeta Amós describe en la primera lectura de hoy es una escena de celebración de este tipo: en ese día, los montes gotearán vino dulce, y el pueblo comerá frutas y beberá vino hasta saciarse. Si podemos adaptar las palabras del Eclesiastés, hay un tiempo para ayunar y otro para festejar (cf. Ecl. 3:1-8)

Paulson Veliyannoor, CMF

fuente del comentario CIUDAD REDONDA



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