El Cerco de Jericó es un combate de siete días y siete noches de oración, de preferencia delante del Santísimo Sacramento. Encontramos su origen en el capítulo 6 del libro de Josué, donde se narra el momento en que el pueblo de Israel delante de las grandes murallas de Jericó experimentaba el impedimento de seguir su camino. Obedeciendo la voz de Dios, Josué, sucesor de Moisés y líder del pueblo, invitó a los israelitas a orar durante siete días y siete noches rodeando las murallas de Jericó, teniendo al frente el Arca de la Alianza, señal de la presencia de Dios que camina con Su Pueblo. Josué y los Israelitas, creyeron en la promesa divina de que en el séptimo día, durante la séptima vuelta, las murallas caerían y ellos alcanzarían la victoria, lo que de hecho sucedió.
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