DÍA CUARTO
+ En nombre del Padre,
+del Hijo,
+y del Espíritu Santo. Amén.
ACTO DE CONTRICIÓN
Señor
mío, Jesucristo, Dios y Hombre verdadero, Creador, Padre y Redentor mío, por
ser Tú quien eres y porque te amo sobre todas las cosas, me pesa de todo
corazón haberte ofendido; propongo firmemente nunca más pecar, apartarme de
todas las ocasiones de ofenderte, confesarme
y
cumplir la penitencia que me fuera impuesta.
Ofrezco,
Señor, mi vida, obras y trabajos, en satisfacción de todos mis pecados, y, así
como lo suplico, así confío en tu bondad y misericordia infinita que los
perdonarás, por los méritos de tu preciosísima sangre, pasión y muerte, y me
darás gracia para enmendarme y perseverar en tu santo amor y servicio, hasta el
fin de mi vida.
Amén.
ORACIÓN INICIAL
Dios
todopoderoso y eterno, bendito y alabado seas por toda la eternidad. Que todos
los ángeles y los hombres que has creado te adoren, te amen y te sirvan, Dios
Santo, Dios Omnipotente, Dios Inmortal.
Y tú,
Virgen María, Reina de los ángeles, medianera de todas las gracias,
todopoderosa en tu oración, recibe bondadosamente la oración que les dirigimos
a los arcángeles y hazla llegar hasta el Trono del Altísimo, para que obtengamos
gracia, salvación y auxilio.
Amén.
ORACIÓN A LOS SANTOS
ARCÁNGELES
San Miguel Arcángel, tú eres el Príncipe de las milicias celestiales, el vencedor del dragón infernal, has recibido de Dios la fuerza y el poder para aniquilar por medio de la humildad el orgullo de los poderes de las tinieblas. Suscita en nosotros la auténtica humildad del corazón, la fidelidad inquebrantable para cumplir siempre la voluntad de Dios, la fortaleza en el sufrimiento y las necesidades, ayúdanos a subsistir delante del tribunal de Dios.
San Gabriel Arcángel, tú eres el ángel de la Encarnación, el mensajero fiel de Dios, abre nuestros oídos para captar los más pequeños signos y llamamientos del corazón amante de nuestro Señor. Permanece siempre delante de nuestros ojos para que comprendamos correctamente la Palabra de Dios y la sigamos y obedezcamos, y para cumplir aquello que Dios quiere de nosotros. Haznos vigilantes en la espera del Señor para que no nos encuentre dormidos cuando llegue.
San
Rafael Arcángel, tú eres el mensajero del amor de Dios. Hiere nuestro corazón
con un amor ardiente por Dios, no dejes que esta herida se cierre jamás para
que permanezcamos sobre este camino en la vida diaria y venzamos todos los
obstáculos por la fuerza de este mismo amor.
Ayuden a
nuestra debilidad, hermanos grandes y santos, servidores delante de Dios.
Alejen de nosotros mismos nuestra cobardía y tibieza, nuestro egoísmo y nuestra
avaricia, nuestra envidia y desconfianza, nuestra suficiencia y comodidad,
nuestro deseo de ser apreciados.
Rompan
nuestros lazos con el pecado y con toda atadura al mundo.
Desaten
la venda que nosotros mismos hemos anudado sobre nuestros ojos, para
dispensarnos de ver la miseria que nos rodea, y poder mirar nuestro propio yo
sin incomodarnos y con conmiseración.
Claven
en nuestro corazón el aguijón de la santa inquietud de Dios, para que no
cesemos jamás de buscarlo con pasión, contrición y amor. Que podamos
reconocerlo, adorarlo, amarlo y servirlo.
Busquen
en nosotros la Sangre de Nuestro Señor que Él mismo derramó por nuestra causa.
Busquen en nosotros las lágrimas de Su Reina, Nuestra Señora, vertidas por
nuestra miseria. Busquen en nosotros la imagen de Dios destrozada, desteñida, deteriorada,
imagen que Él quiso darnos por amor.
Sean
nuestros aliados en la lucha contra los poderes de las tinieblas que nos rodean
y nos oprimen de manera oculta. Sean nuestros defensores para que ninguno de
nosotros se pierda, y para que un día, gozosos, podamos reunirnos en la
felicidad eterna.
Amén
(Pedir la gracia particular
que se desee conseguir en esta Novena).
Padrenuestro, Avemaría, Gloria.
Oración del cuarto día
Dios Omnipotente, Tú que
tienes el poder sobre todas las criaturas, te pido que me encomiendes a San Miguel
Arcángel, para que me dé la valentía necesaria y yo pueda enfrentarme al mal
saliendo siempre victorioso. Que permanezca junto a mí a lo largo de las
batallas, que tome mi mano y me llene de fortaleza para alejar a los demonios,
a las tentaciones y a todo lo que no esté en tu sendero. Amén.
INVOCACIONES FINALES PARA TODOS LOS DÍAS
San Miguel, lucha a nuestro lado con tus ángeles, ayúdanos y ruega por
nosotros.
San Rafael, lucha a nuestro lado con tus ángeles, ayúdanos y ruega por
nosotros.
San Gabriel, lucha a nuestro lado con tus ángeles, ayúdanos y ruega por
nosotros.
Amén.
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