Evangelio según San Mateo 5,1-12
Al ver a la multitud, Jesús subió a la montaña, se sentó, y sus discípulos se acercaron a él.Entonces tomó la palabra y comenzó a enseñarles, diciendo:"Felices los que tienen alma de pobres, porque a ellos les pertenece el Reino de los Cielos.Felices los pacientes, porque recibirán la tierra en herencia.Felices los afligidos, porque serán consolados.Felices los que tienen hambre y sed de justicia, porque serán saciados.Felices los misericordiosos, porque obtendrán misericordia.Felices los que tienen el corazón puro, porque verán a Dios.Felices los que trabajan por la paz, porque serán llamados hijos de Dios.Felices los que son perseguidos por practicar la justicia, porque a ellos les pertenece el Reino de los Cielos.Felices ustedes, cuando sean insultados y perseguidos, y cuando se los calumnie en toda forma a causa de mí.Alégrense y regocíjense entonces, porque ustedes tendrán una gran recompensa en el cielo; de la misma manera persiguieron a los profetas que los precedieron."
Comunión de los Santos
Una pregunta con la que a veces se encuentra un religioso es: "¿Cuántos miembros hay en su Congregación?". Uno de mis compañeros tiene una respuesta preparada: "Más de 7.000 miembros". Si la respuesta sorprende al que pregunta, que puede, por tanto, poner una mirada incrédula, mi amigo le explica: "Sí, somos más de 7.000. Hay unos 4.000 en el cielo, y 3.000 aquí en la tierra". Y, ¡esa es la verdad! Tenemos que contar necesariamente cada una de las almas que nos precedieron, ya sean miembros de nuestras familias biológicas, religiosas o comunidades de fe. Siguen viviendo y relacionándose con nosotros; siguen ejerciendo su ministerio de intercesión por nosotros.
La solemnidad de la Comunión de los Santos nos recuerda que pertenecemos a una familia muy grande, parte de la cual está en el cielo y sigue siendo miembro del Cuerpo vivo de Cristo. Si lo profesamos en nuestro Credo, debemos hacer de ello una realidad con la que nos relacionamos, también en nuestra vida cotidiana.
Paulson Veliyannoor, CMF
fuente del comentario CIUDAD REDONDA
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