Evangelio según San Lucas 21,5-11
Como algunos, hablando del Templo, decían que estaba adornado con hermosas piedras y ofrendas votivas, Jesús dijo:"De todo lo que ustedes contemplan, un día no quedará piedra sobre piedra: todo será destruido".Ellos le preguntaron: "Maestro, ¿cuándo tendrá lugar esto, y cuál será la señal de que va a suceder?".Jesús respondió: "Tengan cuidado, no se dejen engañar, porque muchos se presentarán en mi Nombre, diciendo: 'Soy yo', y también: 'El tiempo está cerca'. No los sigan.Cuando oigan hablar de guerras y revoluciones no se alarmen; es necesario que esto ocurra antes, pero no llegará tan pronto el fin".Después les dijo: "Se levantará nación contra nación y reino contra reino.Habrá grandes terremotos; peste y hambre en muchas partes; se verán también fenómenos aterradores y grandes señales en el cielo."
Perspectiva
Obsérvese que Jesús habla de los tiempos y los acontecimientos apocalípticos de una manera práctica. Es capaz de hacerlo, precisamente, porque tiene perspectiva y ve el panorama general. Cuando el terremoto y el tsunami de 2004 causaron una inmensa tragedia, mucha gente se preguntó: "¿Cómo puede un 'Dios bueno' permitir que ocurran estas cosas tan terribles?" Aunque nadie puede negar la magnitud de las pérdidas y el sufrimiento, la observación del geólogo holandés Jelle Zeilinga de Boer puede ayudarnos a ver el panorama general. Los terremotos se producen cuando las placas terrestres se separan, se agrietan y se atropellan. Como consecuencia, se forman magmas en las profundidades de la tierra, que luego son lanzados a la superficie, liberando nutrientes y agua, lo que hace posible y sostenible la vida en la tierra. Una visión a largo plazo del tiempo y de la naturaleza nos ayuda a ver estos acontecimientos en perspectiva y a confiar en Dios, incluso cuando utilizamos el temple científico que Dios nos ha dado para reducir las trágicas consecuencias.
Paulson Veliyannoor, CMF
fuente del comentario CIUDAD REDONDA
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