domingo, 6 de febrero de 2022

RESONAR DE LA PALABRA - Evangelio según San Marcos 6,53-56

 

Evangelio según San Marcos 6,53-56
Después de atravesar el lago, llegaron a Genesaret y atracaron allí.

Apenas desembarcaron, la gente reconoció en seguida a Jesús,

y comenzaron a recorrer toda la región para llevar en camilla a los enfermos, hasta el lugar donde sabían que él estaba.

En todas partes donde entraba, pueblos, ciudades y poblados, ponían a los enfermos en las plazas y le rogaban que los dejara tocar tan sólo los flecos de su manto, y los que lo tocaban quedaban curados.


RESONAR DE LA PALABRA

Querido amigo/a:

Durante esta semana meditaremos el Primer libro de los Reyes que nos cuenta las andanzas del rey Salomón que destacó por construir el gran Templo de Jerusalén, destruido por Nabucodonosor cuatrocientos años más tarde, reconstruido y vuelto a destruir por los ejércitos de Tito en torno al año 70 d. C. El pasaje de hoy nos muestra el orgullo del pueblo por la inauguración de este templo con el traslado del Arca de la Alianza, un lugar sagrado donde encontrar a Dios. Son necesarios los lugares de culto para encontrarse con el Señor, pero no solo.

El bello pasaje del evangelio de hoy nos muestra a un Jesús que busca a la gente de pueblo en pueblo y a gente que, con su fe y sus dudas, busca acercarse a Jesús. Jesús busca a la gente y la gente busca a Jesús. Hoy Jesús sigue buscando, tratando de abrirse un hueco cada vez más cerrado a su presencia. La pena, la pérdida, la torpeza es que, en nuestra cultura, no se busca a Jesús. ¿Para qué? ¿Qué me aporta? Mientras paradójicamente, lo que sí se buscan son sustitutivos de la religión que ofrecen ilusiones, sentido de vida…, porque en el fondo hay sed, hay dolencias, hay vacíos, hay heridas que curar, no hay satisfacción verdadera…

Precisamente Aquel que lo llena todo, a quién se debería buscar como el tesoro más preciado, no está en el punto de mira, ni en las expectativas, ni en el horizonte, ni en los objetivos de muchos, al menos públicamente, ya que es complicado escrutar el interior del corazón.

Y tú, ¿a quién buscas? ¿Te dejas encontrar y tocar por Jesús? Afortunado si lo has encontrado. No lo pierdas, disfrútalo y haz lo posible para que otros puedan encontrarse con Él. Jesús no dejará de buscar, de buscarte. No perdamos el tiempo, que no se nos pase la vida sin descubrirle.

Nuestro hermano en la fe.
Juan Lozano, cmf.

fuente del comentario CIUDAD REDONDA

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