Evangelio según San Marcos 8,11-13
Entonces llegaron los fariseos, que comenzaron a discutir con él; y, para ponerlo a prueba, le pedían un signo del cielo.Jesús, suspirando profundamente, dijo: "¿Por qué esta generación pide un signo? Les aseguro que no se le dará ningún signo".Y dejándolos, volvió a embarcarse hacia la otra orilla.
Queridos hermanos y hermanas:
Hoy celebramos en la liturgia la fiesta de los santos Patronos de Europa Cirilo y Metodio, y a estos grandes evangelizadores se refieren las lecturas y el salmo. Ellos evangelizaron los pueblos eslavos de las regiones orientales de Europa. E hicieron realidad las palabras de Pablo y Bernabé al ser rechazados por los judíos en la sinagoga de Antioquía de Pisidia, actual Turquía: «Teníamos que anunciaros primero a vosotros la palabra de Dios; pero como la rechazáis y no os consideráis dignos de la vida eterna, sabed que nos dedicamos a los gentiles. Así nos lo ha mandado el Señor: "Yo te haré luz de los gentiles, para que lleves la salvación hasta el extremo de la tierra."»
El resto de la población de aquella ciudad se sientieron emocionados: “se alegraron y alababan la palabra del Señor”, dice el texto, porque también ellos eran importantes para Dios y elegidos para heredar su reino.
El texto del evangelio nos recuerda cómo es el Señor el que elige y el que envía a los predicadores. En la cifra 72 se resalta la universalidad de los mensajeros y del mensaje que debe llegar a las 72 naciones entonces conocidas. Los envía de dos en dos para que su testimonio tenga todo su valor, como pedía la ley judía.
Así como no hay fronteras para el mensaje de la salvación tampoco las debe haber para las personas que se van a comprometer a llevar esta palabra hasta los confines de la tierra, como dice el salmo: “Id al mundo entero y proclamad el Evangelio”.
El Señor designa y el Señor envía. Y es la fuerza de la Palabra que transmiten sus enviados la que transforma los corazones y suscita nuevas comunidades.
Pablo y Bernabé experimentaron el rechazo, como lo experimentaron también Cirilo y Metodio ochocientos años después. La persecución y el martirio dan mucho más vigor y autenticidad al mensaje. El rechazo de Jesús y de sus enviados tendrá consecuencias irreparables, para quienes se cierran a su palabra, mientras que será motivo de alegría y bendición para quienes la acojan.
Cada vez que leo estos relatos me admiro de la rapidez con que el mensaje de Jesús se extendió por todas las naciones entonces conocidas. ¡Qué hubiera sido en esta época de la globalización!
¡Que estos santos patronos de Europa nos ayuden a todos los que en estos tiempos anunciamos la Palabra de Dios!
CR
fuente del comentario CIUDAD REDONDA
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