Evangelio según San Lucas 9,57-62
Mientras Jesús y sus discípulos iban caminando, alguien le dijo a Jesús: "¡Te seguiré adonde vayas!".Jesús le respondió: "Los zorros tienen sus cuevas y las aves del cielo sus nidos, pero el Hijo del hombre no tiene dónde reclinar la cabeza".Y dijo a otro: "Sígueme". El respondió: "Permíteme que vaya primero a enterrar a mi padre".Pero Jesús le respondió: "Deja que los muertos entierren a sus muertos; tú ve a anunciar el Reino de Dios".Otro le dijo: "Te seguiré, Señor, pero permíteme antes despedirme de los míos".Jesús le respondió: "El que ha puesto la mano en el arado y mira hacia atrás, no sirve para el Reino de Dios".
Dios primero
Mientras cursaba mis estudios de teología, teníamos un profesor del tratado de la Gracia que trataba de hacer entender la primacía de Dios de esta manera: "Si no mencionas la frase 'primacía de Dios' en el examen final, te suspenderé". Ni que decir tiene que, durante el examen, mencioné la frase tantas veces como pude y aprobé con nota. Los relatos vocacionales del evangelio de hoy subrayan esta primacía y prioridad de Dios en la vida. No se puede responder a la llamada de Dios de forma fragmentaria. Una vez que elegimos responder, debe ser absoluta e irrevocable, y todos los demás compromisos y relaciones quedan en un lejano segundo plano. Una vez que abrazamos la llamada, debemos quemar los puentes que quedan atrás. Una vez que pongamos las manos en el arado, no debemos mirar atrás ni volvernos, ¡a menos que hayamos estado arando en dirección contraria a la de Dios!
Paulson Veliyannoor, CMF
fuente del comentario CIUDAD REDONDA
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