Evangelio según San Lucas 7,19-23
los envió a decir al Señor: "¿Eres tú el que ha de venir o debemos esperar a otro?".Cuando se presentaron ante él, le dijeron: "Juan el Bautista nos envía a preguntarte: '¿Eres tú el que ha de venir o debemos esperar a otro?'".En esa ocasión, Jesús curó mucha gente de sus enfermedades, de sus dolencias y de los malos espíritus, y devolvió la vista a muchos ciegos.Entonces respondió a los enviados: "Vayan a contar a Juan lo que han visto y oído: los ciegos ven, los paralíticos caminan, los leprosos son purificados y los sordos oyen, los muertos resucitan, la Buena Noticia es anunciada a los pobres.¡Y feliz aquel para quien yo no sea motivo de tropiezo!".
Dios que respira vida
Las palabras de Yahvé en Isaías son una promesa de salvación, el don de la vida para todos los pueblos. Incluso los que se oponen a él acudirán finalmente a él avergonzados, reconociendo sus errores y buscando refugio bajo su amparo: ¿dónde más podrían ir? Jesús señala el retorno de la vida y la plenitud en medio de la gente como los signos de su verdadera identidad. La vida es una celebración de primer orden en el Reino. Hoy guardamos memoria del gran poeta-místico que cantó sobre el bello destino que espera a cada alma, descubriendo a Dios que respira en sus entrañas. He aquí la última estrofa de su poema La llama viva del amor:
"Con qué suavidad y amor
despiertas en mi corazón,
donde en secreto habitas solo;
y en tu dulce respiración,
llena de bien y de gloria,
con qué ternura hinchas mi corazón
con amor. "
Paulson Veliyannoor, CMF
fuente del comentario CIUDAD REDONDA
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