martes, 16 de agosto de 2022

RESONAR DE LA PALABRA - Evangelio según San Mateo 19,23-30


Evangelio según San Mateo 19,23-30
Jesús dijo entonces a sus discípulos: "Les aseguro que difícilmente un rico entrará en el Reino de los Cielos.

Sí, les repito, es más fácil que un camello pase por el ojo de una aguja, que un rico entre en el Reino de los Cielos".

Los discípulos quedaron muy sorprendidos al oír esto y dijeron: "Entonces, ¿quién podrá salvarse?".

Jesús, fijando en ellos su mirada, les dijo: "Para los hombres esto es imposible, pero para Dios todo es posible".

Pedro, tomando la palabra, dijo: "Tú sabes que nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido. ¿Qué nos tocará a nosotros?".

Jesús les respondió: "Les aseguro que en la regeneración del mundo, cuando el Hijo del hombre se siente en su trono de gloria, ustedes, que me han seguido, también se sentarán en doce tronos, para juzgar a las doce tribus de Israel.

Y el que a causa de mi Nombre deje casa, hermanos o hermanas, padre, madre, hijos o campos, recibirá cien veces más y obtendrá como herencia la Vida eterna.

Muchos de los primeros serán los últimos, y muchos de los últimos serán los primeros.


RESONAR DE LA PALABRA

Sueña como María

Si la Asunción de María es una garantía del destino que nos espera si elegimos bien, el Magnificat de María es una celebración de lo que Dios puede hacer en nuestra vida terrenal. El Magnificat proclama un nuevo orden mundial en el que las personas de los márgenes estarán en el centro y habrá una nueva forma de ser. Es un sueño poderoso que desafía a los poderes fácticos. La historia confirma cómo los poderes terrenales temblaron ante este himno: En 1805, la Compañía Británica de las Indias Orientales prohibió su recitación en Calcuta. En los años 70, la junta militar argentina lo prohibió cuando las madres de los ciudadanos "desaparecidos" lo utilizaron para llamar a la resistencia no violenta. En los años 80, el Gobierno de Guatemala prohibió su recitación pública. El Magnificat es María proclamando con valentía el sueño de Dios. Nosotros debemos realizar sin miedo su sueño para el mundo para compartir su destino en el cielo.

Paulson Veliyannoor, CMF

fuente del comentario CIUDAD REDONDA
 

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