miércoles, 23 de diciembre de 2020

RESONAR DE LA PALABRA - Evangelio según San Lucas 2,1-14


Evangelio según San Lucas 2,1-14
En aquella época apareció un decreto del emperador Augusto, ordenando que se realizara un censo en todo el mundo.

Este primer censo tuvo lugar cuando Quirino gobernaba la Siria.

Y cada uno iba a inscribirse a su ciudad de origen.

José, que pertenecía a la familia de David, salió de Nazaret, ciudad de Galilea, y se dirigió a Belén de Judea, la ciudad de David,

para inscribirse con María, su esposa, que estaba embarazada.

Mientras se encontraban en Belén, le llegó el tiempo de ser madre;

y María dio a luz a su Hijo primogénito, lo envolvió en pañales y lo acostó en un pesebre, porque no había lugar para ellos en el albergue.

En esa región acampaban unos pastores, que vigilaban por turno sus rebaños durante la noche.

De pronto, se les apareció el Angel del Señor y la gloria del Señor los envolvió con su luz. Ellos sintieron un gran temor,

pero el Angel les dijo: "No teman, porque les traigo una buena noticia, una gran alegría para todo el pueblo:

Hoy, en la ciudad de David, les ha nacido un Salvador, que es el Mesías, el Señor.

Y esto les servirá de señal: encontrarán a un niño recién nacido envuelto en pañales y acostado en un pesebre".

Y junto con el Angel, apareció de pronto una multitud del ejército celestial, que alababa a Dios, diciendo:

"¡Gloria a Dios en las alturas, y en la tierra, paz a los hombres amados por él!".


RESONAR DE LA PALABRA


Queridos amigos y amigas:

El Salmo de la Palabra que hoy se nos regala dice “Cantaré eternamente las misericordias del Señor”.

Y así hace Zacarías. Bendice al Señor, porque ha “visitado” a su pueblo. En los patriarcas, en los profetas, en los sabios, en las mujeres y en los hombres de las distintas generaciones… con sus virtudes y sus pecados… Y al visitarles, les ha “redimido” dándoles una “fuerza de salvación”, al ser un pueblo que ha de mediar esa salvación para otros, viviendo en Alianza con el Creador y devolviéndole en gratuidad lo que él les dio gratuitamente. Y cuando llegó el momento culminante de la historia, hay alguien que prepara la venida del Señor preparando sus caminos… porque se acerca la luz que guiará nuestros pasos por la justicia y la paz…

Anteayer era María. Hoy es Zacarías. ¿Te atreverías tú a hacer un canto al Señor por la Alianza que mantiene con la humanidad? Para no ser ingenuos, no habrá que esconder las sombras, las dificultades, los conflictos… Y para no ser incrédulos, habrá que resaltar la gran cadena de hombres y mujeres que, dejando a Dios ser Dios en su vida, han sacado lo mejor de sí y han extendido su luz en nuestro mundo. Su misericordia. Algunos pueden ser muy cercanos a ti.
Es bueno que tal canto termine en esperanza, como el cántico de Zacarías: “nos visitará el sol que nace de lo alto…”. Dios sigue siendo contemporáneo a cada generación. Y cada generación sigue siendo llamada a preparar sus caminos. A los creyentes nos toca vivir esa Alianza y despejar los obstáculos, para que otros la puedan vivir. ¿Te apuntas a esta bella misión? Un hermoso deseo, a las puertas de la Navidad?

CR

fuente del comentario CIUDAD REDONDA

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