miércoles, 30 de agosto de 2023

RESONAR DE LA PALABRA - Evangelio según San Mateo 13,44-46

 

Evangelio según San Mateo 13,44-46
Jesús dijo a la multitud:

"El Reino de los Cielos se parece a un tesoro escondido en un campo; un hombre lo encuentra, lo vuelve a esconder, y lleno de alegría, vende todo lo que posee y compra el campo.

El Reino de los Cielos se parece también a un negociante que se dedicaba a buscar perlas finas;

y al encontrar una de gran valor, fue a vender todo lo que tenía y la compró."


RESONAR DE LA PALABRA

Miércoles, 30/08/2023. 21ª Semana TO.

Hay personas para las que el cuidado de su propia imagen es algo muy importante. Algunos dedican a ello gran parte de su energía. En principio, no está mal. Lo malo viene cuando la imagen, la apariencia, no coincide con la realidad de la persona. Es entonces cuando el cuidado de la imagen deviene hipocresía. Cuando las personas se convierten en sepulcros blanqueados. Y se empieza a vivir una doble vida. La real y la aparente. Lo malo es que hace falta consumir muchísima energía para vivir de esa manera durante largo tiempo. Y ciertamente también hace falta la colaboración y complicidad de otras personas. Terminan colaborando porque al proteger la apariencia del otro se sienten ellas mismas protegidas. Más hipocresía.

Jesús denuncia esta hipocresía en los letrados y fariseos. Son los que dictan las normas, los que dicen a los demás cómo tienen que comportarse, siempre en el nombre de Dios, siempre diciendo que sus normas y leyes son la voluntad de Dios. Pero ellos saben lo suficiente como para encontrar otros caminos, excusas varias, para no cumplir sus mismas normas. Jesús denuncia y condena con radicalidad. Porque está a favor de los sencillos, de los humildes, a los que aquellos tenían que haber cuidado y que, sin embargo, lo que reciben son condenas y admoniciones por no cumplir las normas como ellos dicen.

Casi seguro que no todos los letrados y fariseos eran como Jesús dice en sus palabras. Pero es muy posible que callaran y no denunciaran a esos letrados y fariseos hipócritas para no dañar a la institución a la que ellos mismos pertenecían o para no meterse en problemas. Y haciendo eso eran cómplices de la hipocresía de los otros.

Nos podemos preguntar si hay fariseos y letrados como los del Evangelio en la Iglesia actual. Pero también nos podemos preguntar cuantas veces callamos ante el mal que hacen otros simplemente para proteger nuestra propia imagen, para vivir tranquilos y seguros. No sé si Jesús lo aprobaría.

Fernando Torres, cmf

fuente del comentario CIUDAD REDONDA

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