miércoles, 26 de octubre de 2022

RESONAR DE LA PALABRA - Evangelio según San Lucas 13,22-30

 

Evangelio según San Lucas 13,22-30
Jesús iba enseñando por las ciudades y pueblos, mientras se dirigía a Jerusalén.

Una persona le preguntó: "Señor, ¿es verdad que son pocos los que se salvan?". El respondió:

"Traten de entrar por la puerta estrecha, porque les aseguro que muchos querrán entrar y no lo conseguirán.

En cuanto el dueño de casa se levante y cierre la puerta, ustedes, desde afuera, se pondrán a golpear la puerta, diciendo: 'Señor, ábrenos'. Y él les responderá: 'No sé de dónde son ustedes'.

Entonces comenzarán a decir: 'Hemos comido y bebido contigo, y tú enseñaste en nuestras plazas'.

Pero él les dirá: 'No sé de dónde son ustedes; ¡apártense de mí todos los que hacen el mal!'.

Allí habrá llantos y rechinar de dientes, cuando vean a Abraham, a Isaac, a Jacob y a todos los profetas en el Reino de Dios, y ustedes sean arrojados afuera.

Y vendrán muchos de Oriente y de Occidente, del Norte y del Sur, a ocupar su lugar en el banquete del Reino de Dios.

Hay algunos que son los últimos y serán los primeros, y hay otros que son los primeros y serán los últimos".


RESONAR DE LA PALABRA


Requisitos de acceso

Cariño, encogí a los niños es una película de comedia de ciencia ficción de 1989, en la que un invento de un científico encoge accidentalmente a los niños a tamaños miniatura. Quizá seamos los adultos los que necesitemos encogernos, y conscientemente, si queremos pasar por la "puerta estrecha". Si nuestras almas se han vuelto demasiado obesas al alimentarse del "mundo" (en el sentido juanino), tal vez queramos ayunar un poco para estar a la medida de la puerta de entrada al Reino. Para que nuestras almas alcancen el tamaño manejable, como vimos ayer, no necesitamos ejercicios aeróbicos sobrehumanos: basta con hacer las pequeñas cosas de la vida con fidelidad. Pablo sugiere algunos de esos sencillos ejercicios: honrar a los padres, ser un buen ejemplo para los hijos, cumplir los deberes con empeño, hacer el bien, respetarse mutuamente, temer al Señor. En otras palabras, cuida los Mandamientos, y las Bienaventuranzas serán tuyas.

Paulson Veliyannoor, CMF

fuente del comentario CIUDAD REDONDA

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