martes, 5 de julio de 2022

RESONAR DE LA PALABRA - Evangelio según San Mateo 9,32-38

 

Evangelio según San Mateo 9,32-38
En cuanto se fueron los ciegos, le presentaron a un mudo que estaba endemoniado.

El demonio fue expulsado y el mudo comenzó a hablar. La multitud, admirada, comentaba: "Jamás se vio nada igual en Israel".

Pero los fariseos decían: "El expulsa a los demonios por obra del Príncipe de los demonios".

Jesús recorría todas las ciudades y los pueblos, enseñando en las sinagogas, proclamando la Buena Noticia del Reino y curando todas las enfermedades y dolencias.

Al ver a la multitud, tuvo compasión, porque estaban fatigados y abatidos, como ovejas que no tienen pastor.

Entonces dijo a sus discípulos: "La cosecha es abundante, pero los trabajadores son pocos.

Rueguen al dueño de los sembrados que envíe trabajadores para la cosecha."


RESONAR DE LA PALABRA


Descreimiento

Se cuenta la historia de un jefe que encontró a su subalterno con aspecto cansado y débil. Con gran preocupación, le preguntó a su subordinado: "¿Qué te ha pasado? Pareces muy agotado". El empleado respondió: "Puedo decírselo, pero no lo creerá, señor". El jefe dijo: "¿Por qué dices eso? Claro que te voy a creer". El empleado dijo: "Señor, estoy agotado porque he trabajado demasiado en mi puesto". Y el jefe dijo, incrédulo: "Vamos, no te creo".

Los fariseos nos recuerdan a este jefe. Ya tienen sus conclusiones. Sean cuales sean los milagros que haga Jesús, se niegan a creer; e incluso se inventan razones para no creer, incluso atribuyendo sus poderes a la connivencia con el diablo. ¿Acaso a veces nos acercamos a Dios, así como a las personas de nuestra vida, con esta marca registrada de descreencias preestablecidas?

Paulson Veliyannoor, CMF

fuente del comentario CIUDAD REDONDA

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