jueves, 5 de diciembre de 2019

RESONAR DE LA PALABRA - Evangelio según San Mateo 7,21.24-27


Evangelio según San Mateo 7,21.24-27
Jesús dijo a sus discípulos:
"No son los que me dicen: 'Señor, Señor', los que entrarán en el Reino de los Cielos, sino los que cumplen la voluntad de mi Padre que está en el cielo.
Así, todo el que escucha las palabras que acabo de decir y las pone en práctica, puede compararse a un hombre sensato que edificó su casa sobre roca.
Cayeron las lluvias, se precipitaron los torrentes, soplaron los vientos y sacudieron la casa; pero esta no se derrumbó porque estaba construida sobre roca.
Al contrario, el que escucha mis palabras y no las practica, puede compararse a un hombre insensato, que edificó su casa sobre arena.
Cayeron las lluvias, se precipitaron los torrentes, soplaron los vientos y sacudieron la casa: esta se derrumbó, y su ruina fue grande".


RESONAR DE LA PALABRA

¿Hacemos del Señor y de su palabra la Roca firme sobre la que construimos nuestra vida y nuestras comunidades? Si somos sinceros no podemos dejar de reconocer que no suele ser así. A la hora de la verdad, en nuestras decisiones cotidianas las prioridades más bien son otras: la seguridad económica, mis propios intereses y necesidades, o los de los “nuestros”, la propia imagen, o el poder, o el miedo a los inmigrantes, los pobres, los que son “diferentes”, …

Las lecturas de hoy nos interpelan con fuerza: “el Señor es la Roca perpetua”. Sólo sobre El y su palabra se podrá asentar esa “ciudad fuerte”, esa nueva sociedad, el Reino de Dios. La vieja sociedad, “elevada” sobre las desigualdades y sobre el egoísmo de los poderosos, será derrumbada, abatida, pisoteada por los pies del oprimido, por los pasos de los pobres. La vida personal y comunitaria que no se fundamente en Jesús y en su palabra será como una casa sobre arena, arrasada por la fuerza del agua y del viento. Y al fin sólo quedarán en pie, firmes y bien cimentadas en el Señor y en su Palabra, las personas y comunidades que vivan de verdad cumpliendo la Voluntad del Padre.

La tormenta arrecia: desigualdades, pobreza y violencia, cambio climático, crisis económica, política, social, cultural. Este mundo, construido sobre falsos cimientos, acabará desplomándose. Cada vez son más las personas, grupos y comunidades que deciden comenzar a vivir de otro modo, sobre otras bases: el amor, el servicio, la equidad, la igualdad de derechos de todos y todas, la justicia, la paz verdadera, el cuidado de la naturaleza. Eso es vivir conforme a la Voluntad del Padre, conforme al mensaje de Jesús.

¿Y tú y yo? ¿Y nuestras comunidades? ¿En qué fundamento estamos anclando nuestra existencia? ¿Es el Señor realmente nuestra Roca? ¿Vivimos conforme a la Palabra de Dios, y su Voluntad? Por que no es suficiente decir “Señor, Señor” …

Javier Goñi

fuente del comentario CIUDAD REDONDA

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