viernes, 19 de junio de 2020

RESONAR DE LA PALABRA - Evangelio según San Mateo 11,25-30


Evangelio según San Mateo 11,25-30
Jesús dijo:
"Te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, por haber ocultado estas cosas a los sabios y a los prudentes y haberlas revelado a los pequeños.
Sí, Padre, porque así lo has querido.
Todo me ha sido dado por mi Padre, y nadie conoce al Hijo sino el Padre, así como nadie conoce al Padre sino el Hijo y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar."
Vengan a mí todos los que están afligidos y agobiados, y yo los aliviaré.
Carguen sobre ustedes mi yugo y aprendan de mí, porque soy paciente y humilde de corazón, y así encontrarán alivio.
Porque mi yugo es suave y mi carga liviana."


RESONAR DE LA PALABRA

Queridos amigos y amigas:

La liturgia de la Iglesia nos propone para este viernes la solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús. Esta fiesta tiene una fuerte tradición eclesial y una devoción particular en la mística popular de muchos pueblos. Celebrar el Corazón de Jesús medio de la crisis causada por el corona virus, con toda la situación anómala y de desconcierto que ha creado, y que aun sigue golpeando sobre todo a las poblaciones mas vulnerables, nos hace redescubrir el Corazón de Jesús como fuente de vida que posibilita la esperanza.

A la luz de las lecturas bíblicas de esta celebración podemos tomar conciencia de lo que encontramos en el Corazón de Jesús: el amor. El amor de un Dios que se hace carne por nuestra salvación y que se entrega sin medida. En el sentido bíblico la palabra corazón abraza la totalidad de la persona no solo al mundo afectivo. Remite a los intimo del ser humano, el lugar donde se toma conciencia de sí mismo, además de los sentimientos el corazón tiene los recuerdos, pensamientos, proyectos y las decisiones. Por ello, en la expresión Corazón de Jesús se designa lo más intimo y lo unificador, el misterio del amor de Dios por la humanidad.

Contemplar el Corazón manso y humilde de Jesús es ver un corazón traspasado, angustiado, desangrado, muerto. En el que se manifiesta el amor gratuito de un Dios enamorado de su pueblo, «el amor que vence en el fracaso, que triunfa en impotencia, que muerto vivifica, que es el amor, que es Dios» (K. Rahner). El sentido bíblico y teológico de la expresión Corazón de Jesús nos ayuda para no reducirlo a imágenes piadosas, a una tradición devocional o una idea abstracta. La verdadera devoción al Corazón de Jesús consiste en encontrarnos con su persona y dejarnos transformar por su vida, sus gestos y sus palabras.

En el Evangelio Jesús nos dice: «aprendan de mí, que soy manso y humilde de corazón». La vida cristiana es entrar en esta escuela del Corazón de Jesús. El camino del discipulado es transformar nuestro corazón en el amor gratuito que recibimos de Dios, para tener el mismo Corazón de Cristo. Un corazón humano, pobre, compasivo, misericordioso, alegre, con espíritu, lleno de amor. Pidamos al Señor en este día que nos haga sintonizar con su corazón, que nuestro corazón muchas veces fatigado por cansancios y agobios que lo intranquilizan pueda encontrar esa clave de amor que lo unifica en la sinfonía del corazón de Dios.

Fraternalmente,
Edgardo Guzmán CMF

fuente del comentario CIUDAD REDONDA

jueves, 18 de junio de 2020

RESONAR DE LA PALABRA - Evangelio según San Mateo 6,7-15


Evangelio según San Mateo 6,7-15
Jesús dijo a sus discípulos:
Cuando oren, no hablen mucho, como hacen los paganos: ellos creen que por mucho hablar serán escuchados.
No hagan como ellos, porque el Padre que está en el cielo sabe bien qué es lo que les hace falta, antes de que se lo pidan.
Ustedes oren de esta manera: Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre,
que venga tu Reino, que se haga tu voluntad en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día.
Perdona nuestras ofensas, como nosotros perdonamos a los que nos han ofendido.
No nos dejes caer en la tentación, sino líbranos del mal.
Si perdonan sus faltas a los demás, el Padre que está en el cielo también los perdonará a ustedes.
Pero si no perdonan a los demás, tampoco el Padre los perdonará a ustedes.


RESONAR DE LA PALABRA

Queridos amigos y amigas:

Jesús nos deja en herencia una oración en la que nos transmite su propia experiencia de Dios. No se trata de una técnica de oración, sino de una actitud vital de fe: sentirnos hijos de un Padre bueno que nos mira con amor. Esta confianza ilimitada en Dios que palpita en el corazón del Padrenuestro es lo que ha de caracterizar nuestra forma de orar. No hace falta orar con la razón multiplicando nuestras palabras y nuestros discursos. Basta abrirnos con confianza al misterio último de la realidad que Jesús concibe como el Abbá y entrar en relación con él.

La forma de orar dice mucho de una comunidad de creyentes, ya que expresa una forma determinada de relación con Dios y del vinculo que une a sus miembros en la misma fe. Los primeros cristianos encontraron en el Padrenuestro el mejor signo de identidad como seguidores de Jesús. En esta breve oración se condensa el mensaje del Evangelio y desde el inicio es la oración que ha alimentado la vida de los cristianos. Para Jesús, como creyente fiel, la experiencia de oración ha sido fundamental y es lo que quiere transmitir a sus discípulos. No es de extrañar por ello que el tema de la oración ocupe el centro del «Sermón de la montaña». A partir de una nueva relación con Dios, como hijos amados, seremos capaces de establecer nuevas relaciones con nosotros mismos, con los demás que vemos como hermanos y con la creación como casa común de todos.

La oración de Jesús es una súplica cargada de confianza al Padre querido, con la que pedimos, agradecemos, nos renovamos y expresamos nuestro deseo de que las cosas cambien. La gran novedad es la invocación inicial: «¡Padre nuestro!». La imagen de Dios como Abbá es radicalmente nueva y propia de Jesús. Llamar a Dios Padre implica entrar en la oración con confianza, con sencillez, con espontaneidad y significa acoger a los demás como hermanos. Así cobran sentido los tres anhelos profundos centrados en Dios: «Santificado sea tu nombre. Venga tu Reino. Hágase tu voluntad» y las cuatro peticiones a favor nuestro: «Danos hoy el pan, perdona nuestras ofensas, no nos abandones en la tentación, líbranos del mal». Pidámosle al Señor que nos enseñe a orar y hacer vida nuestra oración.

Fraternalmente,
Edgardo Guzmán CMF

fuente del comentario CIUDAD REDONDA

miércoles, 17 de junio de 2020

RESONAR DE LA PALABRA - Evangelio según San Mateo 6,1-6.16-18


Evangelio según San Mateo 6,1-6.16-18
Jesús dijo a sus discípulos:
Tengan cuidado de no practicar su justicia delante de los hombres para ser vistos por ellos: de lo contrario, no recibirán ninguna recompensa del Padre que está en el cielo.
Por lo tanto, cuando des limosna, no lo vayas pregonando delante de ti, como hacen los hipócritas en las sinagogas y en las calles, para ser honrados por los hombres. Les aseguro que ellos ya tienen su recompensa.
Cuando tú des limosna, que tu mano izquierda ignore lo que hace la derecha,
para que tu limosna quede en secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará.
Cuando ustedes oren, no hagan como los hipócritas: a ellos les gusta orar de pie en las sinagogas y en las esquinas de las calles, para ser vistos. Les aseguro que ellos ya tienen su recompensa.
Tú, en cambio, cuando ores, retírate a tu habitación, cierra la puerta y ora a tu Padre que está en lo secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará.
Cuando ustedes ayunen, no pongan cara triste, como hacen los hipócritas, que desfiguran su rostro para que se note que ayunan. Les aseguro que con eso, ya han recibido su recompensa.
Tú, en cambio, cuando ayunes, perfuma tu cabeza y lava tu rostro,
para que tu ayuno no sea conocido por los hombres, sino por tu Padre que está en lo secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará.


RESONAR DE LA PALABRA

Queridos amigos y amigas:

En el Evangelio de hoy Jesús nos invita a discernir el modo de vivir nuestra práctica religiosa. La limosna, la oración y el ayuno eran los pilares de la religiosidad judía. Jesús advierte a sus discípulos del peligro que se corre de vivir de modo superficial e hipócrita las practicas religiosas. Es una fuerte crítica, en línea con toda la denuncia profética, a una religión institucionalizada que se preocupa sólo de sí misma y que busca con normas, leyes y disciplina asegurar la experiencia religiosa, vaciándola de contenido hasta convertirla en meros ritos rutinarios.

Frente a este riesgo de vivir una religiosidad vacía solo para ser vistos, Jesús propone a sus seguidores algunos principios para una práctica religiosa auténtica. Es el camino de la interioridad, de entrar en nosotros mismos, en lo secreto, lo escondido, en ese espacio dentro de nosotros que no está al alcance de los demás, en el que permitimos entrar solo a Dios. Es el camino del discernimiento, de la búsqueda de sentido, de no olvidar que nuestra práctica religiosa cristiana es ante todo una relación de amistad con Dios. Cuando olvidamos esta dimensión nuestra espiritualidad se convierte en una lucha, en un deber que demos cumplir y lo que buscamos es demostrar algo a los demás.

Siguiendo la tradición profética el verdadero culto a Dios es el que se concreta con la práctica del bien y la justicia. Es lo que Jesús nos propone en su Evangelio: vivir con autenticidad nuestras practicas religiosas. Debemos estar siempre atentos a las motivaciones que tenemos, no dejar que sea nuestro ego con su interés lo que nos mueva en la vivencia de nuestra fe. Necesitamos purificar siempre nuestras motivaciones para que la apariencia, la imagen, el reconocimiento, el aplauso buscado no enturbien nuestras buenas obras. ¡Es una gracia a pedir! Para que nuestra vida con sencillez y simplicidad hable de la Buena Noticia de Jesús.

¿Qué es lo que mueve mi práctica religiosa? ¿Pongo el amor a Dios y su Reino como el fin y el motivo de mis acciones?

Fraternalmente,
Edgardo Guzmán CMF

fuente del comentario CIUDAD REDONDA

martes, 16 de junio de 2020

RESONAR DE LA PALABRA - Evangelio según San Mateo 5,43-48


Evangelio según San Mateo 5,43-48
Jesús dijo a sus discípulos:
Ustedes han oído que se dijo: Amarás a tu prójimo y odiarás a tu enemigo.
Pero yo les digo: Amen a sus enemigos, rueguen por sus perseguidores;
así serán hijos del Padre que está en el cielo, porque él hace salir el sol sobre malos y buenos y hace caer la lluvia sobre justos e injustos.
Si ustedes aman solamente a quienes los aman, ¿qué recompensa merecen? ¿No hacen lo mismo los publicanos?
Y si saludan solamente a sus hermanos, ¿qué hacen de extraordinario? ¿No hacen lo mismo los paganos?
Por lo tanto, sean perfectos como es perfecto el Padre que está en el cielo.


RESONAR DE LA PALABRA

Queridos amigos y amigas:

El gran anhelo de Jesús es que cada uno viva con el Espíritu del Padre, que es el Espíritu del amor. Dios está dentro de nosotros como esa fuente de amor, que nos hace salir de nosotros mismos para cuidar de los demás. Somos una historia de amor recibido. La Buena Noticia de Jesús es la de revelarnos la imagen de un Dios bueno, que nos ama, que cuida de todos y de todo lo creado. Esa presencia amorosa de Dios es lo que posibilita que toda la creación esté interconectada. Esa presencia es la que debe habitar nuestro corazón.

A partir de esta experiencia, que es la vivencia propia de Jesús, es como podemos comprender la invitación a amar no solo a los que nos quieren, sino incluso a nuestros enemigos. Para Jesús el amor no tiene limites, como tampoco tiene límites la plenitud o santidad a la que nos invita aspirar: «sean perfectos como es perfecto el Padre de ustedes que está en el cielo» (48). Haciendo nuestro este modo de amar de Dios podremos ser fermento de un mundo más humano, justo y fraterno. Como respuesta libre al don gratuito del amor de Dios que nos salva.

Quizás nos sentimos muy lejos de vivir este ideal cristiano, pero las distintas realidades de violencia, muerte y deshumanización que vemos cada día, hacen que esta invitación de Jesús sea apremiante para los que nos decimos sus discípulos y seguidores. Y poder ser en medio de este mundo que sufre un reflejo de esperanza. Pidamos al Señor que nos de esta gracia de poner en práctica la utopía del amor cristiano en el cuidado y atención de los demás, comenzando por quienes comparten con nosotros día a día la vida.

¿En qué acciones se podría concretar en tu vida este amor que Jesús nos invita vivir?

Fraternalmente,
Edgardo Guzmán CMF

fuente del comentario CIUDAD REDONDA

lunes, 15 de junio de 2020

RESONAR DE LA PALABRA - San Mateo 5, 38-42

Evangelio según San Mateo 5,38-42.

Jesús, dijo a sus discípulos:
Ustedes han oído que se dijo: Ojo por ojo y diente por diente.
Pero yo les digo que no hagan frente al que les hace mal: al contrario, si alguien te da una bofetada en la mejilla derecha, preséntale también la otra.
Al que quiere hacerte un juicio para quitarte la túnica, déjale también el manto;
y si te exige que lo acompañes un kilómetro, camina dos con él.
Da al que te pide, y no le vuelvas la espalda al que quiere pedirte algo prestado.

Palabra de Dios

RESONAR DE LA PALABRA
Queridos amigos y amigas:

El Evangelio de hoy nos presenta la quinta antítesis que encontramos en el capítulo 5 de Mateo. Jesús habla con autoridad «han oído que se dijo… pues yo les digo». En esta antítesis, que trata sobre la ley del Talión, aparece otra sorprendente novedad del mensaje evangélico: el NO rotundo a la ley del «ojo por ojo, diente por diente». Esta ley en la cultura bíblica y en otras culturas era un mecanismo para evitar que la sociedad cayera en el caos de la violencia indiscriminada. De alguna forma esta ley continua presente en nuestros días y se considera necesaria para asegurar la convivencia humana. La violencia legalizada parece ser la única respuesta que encontramos para hacerle frente a otro tipo de violencia que amenaza a la sociedad. Un ejemplo entre muchos, es la pena de muerte.

Jesús nos propone un cambio radical de este principio, porque la violencia solo genera más violencia. Para cambiar de raíz este mal de la violencia, las relaciones entre sí y con Dios, se deben basar en el amor. En la fuerza creativa del amor es donde podemos encontrar la respuesta para la violencia. Jesús les propone a sus discípulos y seguidores, nos los sigue proponiendo también hoy a nosotros, «no hacer frente al que los agravia». Es decir, no devolver mal por mal. La renuncia a la violencia no es resignación o ingenuidad, Jesús invita a ir más lejos, a responder al mal con el bien.

Esta propuesta de Jesús nos puede resultar difícil, complicada, contracultural, pero tiene una sorprendente actualidad en nuestro mundo violento de hoy. La espiral de la violencia en nuestra sociedad tiene unas consecuencias dramáticas. Bajo este paradigma de la violencia institucionalizada, política y militar nuestro mundo se hunde. El gran reto que tenemos como seguidores de Jesús es potenciar una actitud de la no violencia en nuestras relaciones de cada día, con pequeños gestos, en los ambientes donde nos movemos. Mateo lo plantea con sencillez y realismo: «si uno te da una bofetada… al que quiera ponerte en pleito… si uno te obliga a caminar mil pasos… a quien te pide prestado» (39-42). Las respuestas nos pueden parecer simples, pero están cargadas del poder que cambiará el mundo.
¿Tengo esta actitud de la no violencia activa como testigo del Reino de Dios en medio de un mundo injusto y violento?
Fraternalmente,
Edgardo Guzmán CMF
Fuente del comentario: Ciudad Redonda

domingo, 14 de junio de 2020

RESONAR DE LA PALABRA - Evangelio según San Juan 6,51-58


Evangelio según San Juan 6,51-58
Jesús dijo a los judíos:
"Yo soy el pan vivo bajado del cielo. El que coma de este pan vivirá eternamente, y el pan que yo daré es mi carne para la Vida del mundo".
Los judíos discutían entre sí, diciendo: "¿Cómo este hombre puede darnos a comer su carne?".
Jesús les respondió: "Les aseguro que si no comen la carne del Hijo del hombre y no beben su sangre, no tendrán Vida en ustedes.
El que come mi carne y bebe mi sangre tiene Vida eterna, y yo lo resucitaré en el último día.
Porque mi carne es la verdadera comida y mi sangre, la verdadera bebida.
El que come mi carne y bebe mi sangre permanece en mí y yo en él.
Así como yo, que he sido enviado por el Padre que tiene Vida, vivo por el Padre, de la misma manera, el que me come vivirá por mí.
Este es el pan bajado del cielo; no como el que comieron sus padres y murieron. El que coma de este pan vivirá eternamente".


RESONAR DE LA PALABRA

No sólo de pan

La experiencia del pueblo de Israel en el desierto es el punto de partida de las lecturas de este día tan importante. Allí el pueblo aprendió que su vida estaba en las manos generosas de Dios, que no dependía de sus propias fuerzas. El pueblo pasó hambre, se sintió desfallecer, se vio perseguido y acosado. Pero allí también experimentó el poder de Dios que con brazo fuerte y mano poderosa los libró de los enemigos, los alimentó y los llevó a la tierra prometida. Nada sucedió porque el pueblo fuese poderoso. Fue la pura gracia de Dios que les sacó de la esclavitud y les alimentó con el maná. 

La comunidad cristiana se sabe hoy también en camino. Peregrinamos en busca de la morada definitiva. Cada uno, cada familia, sabe de las penurias y dificultades, de los momentos de gozo pero también de los muchos momentos de dolor y desesperanza. Sabemos por experiencia que nuestras fuerzas son pequeñas, que estamos muy limitados. Pero en medio de nuestro caminar siempre podemos hacer un alto. Una parada en el camino. Para celebrar con los hermanos y hermanas la Eucaristía. Es un tiempo de encuentro solidario. Los rostros de los otros al entrar en la iglesia se nos hacen amables. Brota el saludo. Allí vamos a experimentar la comunidad y, lo más importante, al que es el vínculo de unión de la comunidad, el que anima nuestra esperanza y da fuerza a nuestro caminar: Jesús. Juntos cantamos y alabamos, juntos escuchamos y meditamos su palabra, juntos damos gracias y compartimos su cuerpo y su sangre. Juntos celebramos la Eucaristía sabiéndonos miembros de una inmensa comunidad que está extendida por todo el mundo. 

En la Eucaristía, en la misa, aprendemos que nuestro caminar tiene sentido, que a pesar del cansancio vale la pena seguir esforzándose. En la Eucaristía descubrimos que no estamos solos, que los hermanos y hermanas que nos rodean están comprometidos en el mismo camino, que Dios está con nosotros, porque se ha hecho alimento, el pan y el vino que dan la verdadera vida. “El que come de ese pan vivirá para siempre” dice Jesús en el Evangelio. Ahora ya sabemos que no sólo de pan vivimos. Sabemos que nuestro pan, nuestros esfuerzos, vale poco. Y reconocemos que en el pan de la Eucaristía, el cuerpo mismo del Señor, hallamos la vida verdadera, la que no se acaba, la que nos orienta en nuestro caminar. 

Al salir cada domingo de la Eucaristía hemos recuperado las fuerzas. Los problemas afuera, en el trabajo, en la familia, en la ciudad, son los mismos. No han cambiado. Pero nosotros hemos recibido la visita de Dios en nuestros corazones. Y sentimos su gracia y su fuerza. Y seguimos caminando. 

Para la reflexión

¿Participas cada domingo en misa con tu comunidad? ¿Participas o sólo vas a Misa? ¿Qué es la Eucaristía para ti? ¿Escuchas con atención la Palabra de Dios que se proclama en la Eucaristía? ¿Sabes que es la Palabra que Dios te dirige a ti? ¿Qué le dices a Jesús cuando comulgas?
Fernando Torres cmf

fuente del comentario CIUDAD REDONDA

sábado, 13 de junio de 2020

RESONAR DE LA PALABRA - Evangelio según San Mateo 5,33-37


Evangelio según San Mateo 5,33-37
Jesús dijo a sus discípulos:
Ustedes han oído también que se dijo a los antepasados: No jurarás falsamente, y cumplirás los juramentos hechos al Señor.
Pero yo les digo que no juren de ningún modo: ni por el cielo, porque es el trono de Dios,
ni por la tierra, porque es el estrado de sus pies; ni por Jerusalén, porque es la Ciudad del gran Rey.
No jures tampoco por tu cabeza, porque no puedes convertir en blanco o negro uno solo de tus cabellos.
Cuando ustedes digan 'sí', que sea sí, y cuando digan 'no', que sea no. Todo lo que se dice de más, viene del Maligno.


RESONAR DE LA PALABRA

San Antonio nació en Portugal, pero se lo conoce con el nombre de la ciudad italiana de Padua, donde murió y donde se veneran sus reliquias. Posiblemente sea el santo más popular de todo el santoral. El papa León XIII lo llamó "el santo de todo el mundo", porque su imagen y devoción se encuentran por todas partes. Un biógrafo de su tiempo decía de él que "era poderoso en obras y en palabras.  Su cuerpo habitaba esta tierra, pero su alma vivía en el cielo". Es patrono de mujeres estériles, de los viajeros, albañiles, panaderos y papeleros. Muchos le siguen invocando cuando pierden un objeto o andan buscando un buen esposo o esposa. 

En el evangelio de hoy se habla de la sinceridad a partir del valor y del uso del juramento. Aclaremos antes una cosa: Jurar, en sí mismo, no es un error. Hasta el mismo derecho canónico prescribe el juramento. Jurar ante Dios puede constituir incluso una expresión de fe en Quien está en todas partes, lo ve todo e interviene a favor de los justos.

Pero, lamentablemente se da el fenómeno de la mentira. Por ser tan universal, origina la triste experiencia de que nadie se fíe de quienes hablan sin testigos. Por eso, los tribunales de justicia exigen siempre testigos; y, según los judíos, debían ser al menos dos.

Hoy además son frecuentes las noticias conocidas como fake news, falsas informaciones que son emitidas a través de portales, prensa escritaradiotelevisión y redes sociales. Se difunden con la intención deliberada de engañar, inducir a error, manipular, desprestigiar o enaltecer a una institución, entidad o persona, obtener ganancias económicas o rédito político… 

Ante tal fenómeno, hoy tan extendido, el juramento es la prueba de la existencia de la mentira. Si ésta no existiera, no habría necesidad alguna de acudir al juramento y el “sí” seria “sí” y el “no” sería “no”.

Sabiendo esto, Jesús avisa sobre el abuso del juramento. Con sus advertencias, aboga en la línea de que las relaciones humanas queden marcadas por la confianza recíproca. Basta con ser claros y sinceros. La sinceridad es comparable con la transparencia. Un cristal es transparente cuando está limpio. Una persona es transparente cuando es pura y no tiene segundas intenciones. Ser así requiere valor. Los psicólogos dicen que la mayor parte de las mentiras estás dictadas por el miedo. Si persiste el miedo, la mentira puede degenerar en una mala costumbre, un modo de esconderse. Jesús, por el contrario, promueve la luz, la claridad, la transparencia.

Juan Carlos Martos, cmf

fuente del comentario CIUDAD REDONDA